Repitan conmigo: ¡No estamos mal!
Por: Robert NG Henao

Acaba de terminar el mes de abril y a menos de un mes de la elección que decidirá el rumbo de nuestro país (ojalá tan sólo por los próximos 4 años), se le empieza a caer a una orilla extrema del espectro ideológico, el discurso de que Colombia está demasiado mal en materia económica. La cantidad de mentiras, errores conceptuales y fake news que esta orilla ideológica con personería jurídica para hacer política, lanza a diestra y siniestra, asusta hasta a los más embusteros; resultan hasta descarados y con el fin de seguir alimentando el discurso de inconformismo y odio entre sus bases, las cuales al igual que cualquier secta, poco o nada les interesa auscultar la verdad, simple y llanamente por que los embustes y falacias provienen directamente de su “mesías”, se han atrevido a afirmar y pensaría yo, hasta creer, que “estamos peor que Venezuela”.
Ya quisieran nuestro hermanos venezolanos tras llevar más de dos décadas padeciendo una dictadura que ha restringido gran parte de sus libertades y que además los ha llevado a destacarse con los peores resultados en sus fundamentales macroeconómicos de crecimiento de la producción, inflación, empleo y relacionamiento con el sector externo, parecerse al menos un poco a Colombia, que con un 10,6% de crecimiento del PIB a lo largo del 2021, fue la economía de la región y el tercer país del mundo con el mejor desempeño en este indicador, considerado por los expertos como el más importante a la hora de medir el comportamiento de una economía.
Jacinto Benavente, dramaturgo español de la primera mitad del siglo XX, popularizó la frase, que podría resumir, lo que los colombianos de bien hemos vivido durante los últimos cuatro años: “Lo peor que hacen los malos es obligarnos a dudar de los buenos”, y así mientras Colombia es considerado en el 2022 por el Foro Económico Mundial a través del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) como el mejor país para emprender en América Latina, muy por encima de México, Chile y Uruguay que siempre habían obtenido mejores calificaciones, algunos políticos en campaña le siguen vendiendo a los jóvenes una falsa idea de que no hay futuro, instándolos a marchar con el único interés de desestabilizar la economía y hacer realidad su sueño de ver a Colombia sumido en un caos sin comparación en el que sus constantes mentiras, ahí si, puedan parecer verdades.
Si bien para muchos de nosotros Colombia siempre será un paraíso, también hay que reconocer que no obstante el buen desempeño que estamos teniendo en la mayor parte de los indicadores económicos y sus proyecciones, se requiere un arduo trabajo por parte de todos los sectores con el fin de superar una serie de brechas existentes en materia de desarrollo, que hacen demasiado ruido en materia de inequidad, desempleo, informalidad, gasto social, calidad en la educación, concentración de los ingresos y eficiencia del gasto social, entre otros aspectos.
Sin embargo, quienes dicen amar este país, no pueden seguir incendiándolo, más bien deberían estar trabajando sin parar, por hacer que sus miles de seguidores entiendan a plenitud todo lo bueno que está pasando: como el crecimiento de las exportaciones que con 41.224 millones de dólares vendidos al resto del mundo durante el año 2021, representaron un crecimiento del 32,7% respecto al año 2020 y un 4,4% comparadas con las del 2019; o que con casi 83 millones de dosis de vacunas aplicadas al mes de abril, hemos vencido lo más duro de la pandemia, permitiendo el levantamiento del uso del tapabocas en espacios cerrados; o que gracias al reconocido influencer gastronómico Tulio Zuluaga y su BurguerMaster, en tan sólo una semana 20 ciudades del país se hallan propuesto vender 2 millones de hamburguesas, generando ingresos para el sector restaurador por el orden de los casi 30.000 millones de pesos; o que cada fin de semana tengamos la oportunidad de contar con espectáculos y visitantes de talla mundial, basta con ver la locura que fue el concierto de Maluma en Medellín con lleno total de más de 50 mil personas en el estadio Atanasio Girardot, que además de contar con artistas de la talla de Madonna, Grupo Firme, Feid, Blessed, Wolfine, entre otros, generó en un solo fin de semana un derrame económico para la ciudad de Medellín de cerca de 15 millones de dólares y una ocupación hotelera del 95%.
No obstante, todo lo que ha venido pasando en materia económica, debe llevarnos a comprender que, si bien hay cosas por las cuales todos los colombianos debemos trabajar con el fin de superar las grandes brechas económicas y sociales, realmente, no estamos mal y así como lo señaló en su momento el político y escritor irlandés Edmund Burke: “Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada”.
Robert Ng Henao.