En la madrugada del pasado viernes, un vigilante del sector de Fisherman Place, en San Andrés, reportó a las autoridades ambientales el avistamiento de una tortuga anidando en las playas de Spratt Bight. El vigilante informó a los profesionales y promotores ambientales, quienes rápidamente se desplazaron al lugar para proteger a la especie. La tortuga fue identificada como una carey, una especie vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Tras la inspección, se encontraron 117 huevos, que fueron reubicados siguiendo los protocolos para garantizar su supervivencia.
El biólogo marino Rubén Azcarate explicó que la reubicación de los huevos se realizó para aumentar las probabilidades de supervivencia de las crías. La autoridad ambiental también hizo un llamado a la comunidad local y a la pesquera para que respeten las zonas demarcadas, que indican la presencia de nidos de tortugas. La caza, comercialización y consumo de estos animales están prohibidos en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, una Reserva de Biosfera Seaflower.
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La conservación de las tortugas marinas es crucial para el equilibrio de los ecosistemas marinos. Estas especies juegan un papel fundamental en la cadena alimenticia y contribuyen a la salud de los arrecifes de coral y praderas marinas. Sin embargo, enfrentan amenazas como la contaminación, la pesca accidental, la pérdida de hábitat y el cambio climático, lo que hace esencial la implementación de medidas para su protección y conservación.