¿QUÓRUM ROTO, ESPERANZA HUNDIDA?
Una vez más, la llamada consulta popular 2.0 fue rechazada.
Este martes 17 de junio de 2025, en la plenaria del Senado de la República de Colombia, la propuesta insignia del presidente Gustavo Petro volvió a naufragar: con un aplastante resultado de 52 votos en contra y sólo 2 a favor, la iniciativa que pretendía llevar 16 preguntas sobre reformas laborales y al sistema de salud a las urnas populares fue sepultada por la mayoría legislativa.
El escenario fue Bogotá, cuna tradicional del debate político nacional, donde la ausencia notoria y estratégica de la bancada del Pacto Histórico al momento de la votación buscó impedir el quórum necesario para la aprobación, pero no logró detener la marcha contraria a la consulta. Efraín Cepeda, presidente del Senado, expresó con énfasis que “hoy ganó la democracia colombiana porque volvimos a negar la consulta popular, no permitimos que abusaran e hicieran politiquería con los recursos de los colombianos”, colocando un sello oficial a este nuevo revés para el Ejecutivo. La oposición, liderada por el Centro Democrático, también celebró la votación, definiéndola como una defensa firme de la Constitución y el orden legal.
Esta versión 2.0 del mecanismo plebiscitario apareció en el horizonte el 19 de mayo, después de que el primer intento del gobierno fuera archivado por el Congreso meses antes. Ahora, la propuesta se amplió con 4 preguntas nuevas sobre el sistema de salud, sumándose a las 12 iniciales concernientes a la reforma laboral, en una maniobra para buscar la voz directa del pueblo frente a la falta de acuerdos parlamentarios. Sin embargo, ni la ruptura de quórum ni las tácticas legislativas lograron torcer la voluntad mayoritaria.
Esta derrota plantea cuestionamientos profundos: ¿qué tan viable es el camino del gobierno utilizando consultas populares para imponer reformas clave? ¿Refleja este rechazo una fragilidad política o un freno necesario para la deliberación? Mientras las reformas bandera del Ejecutivo siguen sin anclaje legislativo, la ciudadanía observa con cierta incertidumbre cómo se dilata la posibilidad de cambios estructurales sin piso de legitimidad.
En este juego de ausencias y votos, la consulta popular 2.0 naufragó una vez más. Pero, ¿podrá el gobierno encontrar nuevas rutas para avanzar o la paralización será el paisaje definitivo en estos años convulsos?