📸 Imagen cortesía: Captura de pantalla. Canal Congreso. Imagen de referencia
¿Líneas que separan o muros que dividen?
Este martes 30 de septiembre de 2025, en la vorágine del Senado colombiano, una frase lanzada en redes sociales soltó una nueva sacudida al cada vez más polarizado paisaje político nacional.
El senador Wilson Arias, figura prominente del Pacto Histórico, escribió con contundencia: “¡Un facho es un liberal asustado”. Esta sentencia, breve pero cargada de significado, no tardó en provocar una avalancha de reacciones que se extendieron desde los pasillos del Congreso hasta las plataformas digitales. Arias, quien desde hace semanas defendía con vehemencia propuestas progresistas, usó esta frase para cuestionar el giro conservador que, según su interpretación, habría tomado un sector del liberalismo colombiano en debates cruciales para el país.
Las palabras no pasaron inadvertidas. Desde el liberalismo y el centro-derecha, la respuesta fue tajante: calificaron la expresión de Arias como “provocadora e intolerante” y solicitaron una retractación. Andrés Cristo, senador liberal, puntualizó ante los medios: “Las posiciones ideológicas no pueden dar paso a la estigmatización; declaraciones de ese tipo solo aportan al clima de crispación”. Más allá de las instituciones, usuarios en la red social X señalaron que la declaración de Arias dificulta, en vísperas electorales, la construcción de consensos y alimenta la división social.
Mientras tanto, en los círculos del Pacto Histórico, se defendió la frase como parte del vigoroso choque ideológico que ha tomado protagonismo en el Congreso tras fracturas internas y la reciente derrota política del Gobierno. Para estos aliados, la controversia refleja no solo posturas políticas, sino también el desgaste y la tensión que atraviesa el propio sistema democrático.
Este episodio añade una nueva página a la crónica de la confrontación política en Colombia. ¿Es acaso esta forma de expresar las ideas un llamado a la renovación del debate o, por el contrario, la señal de un ambiente que erosiona puentes y multiplica grietas? En un país que navega entre promesas y desencuentros, la pregunta permanece abierta. ¿Habrá espacio para la crítica sin estigmas o la política seguirá fragmentando la conversación pública?