¿Un espectáculo suspendido en el último acto?
En la tarde del jueves 29 de mayo de 2025, Boston despertó con una noticia que desató una mezcla de desconcierto y desilusión: el concierto de Shakira, previsto para la noche siguiente en el emblemático Fenway Park, fue cancelado a pocas horas de su inicio. La razón, apelando a la prudencia que exigen los tiempos, fue una amenaza invisible pero palpable: la inseguridad estructural del escenario que sostendría el espectáculo.
El anuncio llegó desde las propias redes sociales del Fenway Park, con un escueto mensaje que hablaba de “circunstancias imprevistas” pero que bajo su sobriedad escondía un drama concreto. Una revisión oficial reveló que durante el montaje, un fallo en la estructura –incluso un colapso parcial del techo al colocar las pantallas gigantes– puso en entredicho la integridad del montaje. No era sólo la voz de una inspección técnica, sino la advertencia clara de que poner en riesgo a los artistas, al equipo y a la audiencia era un lujo que no podían permitirse.
Este fallo no sólo dejó sin concierto a la estrella colombiana Shakira, sino que también suspendió el show de Jason Aldean programado para el día siguiente, multiplicando el impacto. La promotora Live Nation y el recinto optaron por la suspensión inmediata, ordenando el desmontaje del escenario como medida urgente. Un gesto que, aunque doloroso para muchos, evidencia una responsabilidad ineludible frente a la seguridad pública.
Las redes sociales capturaron el antes y el después. Horas antes, la cantante expresaba su emoción por el encuentro con Boston y por la compañía de invitados tan especiales como Wyclef Jean y will.i.am. “¡Boston, voy para allá! ¡Will.I.am y Wyclef mañana! ¡No puedo pedir más! ¡Estoy ansiosa por verlos!”, escribió en la plataforma X, sin imaginar que su voz se quedaría mayormente en el silencio.
Del otro lado, la decepción fue profunda. Muchos seguidores habían emprendido viajes desde otras ciudades de Estados Unidos e incluso desde Colombia para este evento que marcaba el inicio de la serie de conciertos en Fenway Park en 2025. Una de ellas, viajera desde Barranquilla, relató cómo recorrió kilómetros con la esperanza de ese encuentro que finalmente quedó suspendido, dejando un vacío palpable entre el público.
Este episodio no solo refleja la fragilidad de preparativos que deben conjugar espectáculo y seguridad, sino también la brecha entre la espera multitudinaria y las exigencias técnicas que ninguna pasión puede sobrepasar. En la encrucijada entre la ilusión y la precaución, queda la pregunta abierta: ¿qué lecciones dejará este aplazamiento inesperado a quienes organizan grandes eventos en espacios icónicos como Fenway Park? El concierto no ocurrió, pero el eco de su cancelación resonará todavía en muchas voces y en el recuerdo de un público que soñaba con la magia de Shakira bajo el cielo de Boston.