Sin sorpresas. Senado respetó acuerdos.

📸 Imagen cortesía: Senado de la República
¿Un Senado sin sorpresas?

Este domingo 20 de julio de 2025, el Capitolio Nacional en Bogotá fue escenario de la instalación oficial de la nueva legislatura 2025-2026, donde el Senado de la República de Colombia eligió a Lidio García Turbay como presidente, en un proceso marcado por la calma y los acuerdos políticos.

Con 97 votos a favor, García —senador liberal que ya había ocupado la presidencia entre 2019 y 2020— fue elegido para liderar el último año de esta legislatura. Su elección obedeció a pactos entre las principales bancadas como el Partido Liberal, Partido de la U, sectores del Centro Democrático y del Partido Conservador, que decidieron con prudencia evitar enfrentamientos y consolidar una mayoría amplia. Todo se desarrolló conforme a las reglas definidas en 2022 para elegir liderazgo, dando un respiro a la institucionalidad en tiempos de intensa polarización política.

“Sin duda el país necesita reformas. Tenemos que ponernos de acuerdo sobre lo fundamental”, declaró García tras su posesión, instando al diálogo entre Gobierno, altos tribunales y partidos. En su discurso dejó abierta la puerta a debates sensibles, como la reforma a la salud y al sistema judicial, dos temas que vuelven a colocar al Senado en el ojo de la tormenta política y social.

La mesa directiva no solo refleja estos acuerdos mayoritarios, sino también una atención a las minorías. Ana Paola Agudelo, del partido Mira, asumió la primera vicepresidencia, mientras Ana María Castañeda, cercana al oficialismo y de Cambio Radical, la segunda vicepresidencia. Estas designaciones se ajustan a precedentes judiciales que exigen garantizar representación plural, un detalle que no estuvo exento de controversias y revisión durante la sesión.

La jornada, en contraste con otros episodios recientes, transcurrió sin sobresaltos ni disidencias abiertas, un indicio de que las reglas pactadas y el desgaste político han impuesto una tregua momentánea. Sin embargo, queda en el aire si esta armonía podrá sostenerse cuando los temas complicados, como las reformas anunciadas, empiecen realmente a discutirse. ¿Podrá un Senado exista sin fisuras en medio de un país que demanda cambios urgentes pero incomodos?

La política colombiana, al filo entre el acuerdo y la fractura, comienza a escribir un nuevo capítulo. Pero detrás de los votos y las poses, la ciudadanía observa con cautela, preguntándose si este nuevo liderazgo tendrá la capacidad para transformar las buenas intenciones en hechos concretos.

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