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¿Luna que despierta y sacude?
La noche del lunes 6 de octubre de 2025, en el cielo de Colombia, una superluna llena en Aries iluminó con intensidad inusual, no sólo marcando un espectáculo visual sino también una invitación silenciosa a la transformación personal. Este fenómeno astronómico, visible en gran parte de América Latina hasta la madrugada del martes 7, fue la luna llena más brillante del año, con un 13% más de luminosidad que una luna plena común, despertando expectativas tanto científicas como espirituales.
La superluna surge cuando la Luna se acerca a su punto máximo de proximidad con la Tierra, presentándose con un tamaño y brillo excepcionales. En esta ocasión, el satélite cruzó el signo de Aries, símbolo ancestral del fuego, la acción impulsiva y el renacer. Para astrólogos consultados en medios como Clarín y Pronto, esta conjunción se tradujo en una energía que alentó a cerrar capítulos pendientes, actuar con valentía y buscar una renovación interior. Como destacó un texto de Pronto, “Una Luna llena en Aries significa finales abruptos, liberaciones necesarias y nuevos comienzos. Aries no pide permiso, Aries arrasa: la vibra es cruda, visceral y directa.”
Este tránsito, cargado de simbolismo, acentuó la llamada a la independencia y autenticidad, pero también advirtió sobre posibles estados de ansiedad o irritabilidad, manifestaciones que según expertos deberían interpretarse como señales urgentes para afrontar cambios postergados. La tensión provocada por la cuadratura entre Mercurio y Plutón, por su parte, aconsejó prudencia en la comunicación, exhortando a pensar antes de hablar y evitar impulsos que pudieran agravar conflictos latentes.
Así, bajo la luz poderosa de esta superluna en Aries, el mundo pareció recibir un mensaje claro: el momento de actuar con determinación y cautela ha llegado, invitando a las personas a mirar dentro de sí mismas para hallar el coraje necesario y transformar el instante presente. ¿Seremos capaces de responder a ese llamado sin temor ni dilaciones? La noche del 6 de octubre no solo iluminó los cielos, sino que dejó, vibrante y punzante, un desafío para el alma.
