Con profundo dolor, familiares y amigos de Nicolás López Pérez, el niño de cuatro años arrastrado por la corriente del río Mutatá, realizaron un velorio simbólico en el puente de la avenida principal de Mutatá para darle un último adiós. Pasados once días desde la emergencia, las autoridades de gestión del riesgo confirmaron la suspensión de las labores de búsqueda debido a la falta de recursos.
El capitán Gustavo Navarro, comandante del cuerpo de bomberos de Mutatá, explicó que la determinación se tomó por agotamiento de recursos: «Nosotros en este momento no contamos con el vehículo, ya que se encuentra en el taller». La tragedia ocurrió el pasado 3 de junio, cuando Nicolás y su madre, Vanessa Pérez, de 24 años, fueron arrastrados por la corriente mientras disfrutaban del río. El cuerpo de Vanessa fue encontrado dos días después.

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Más de 40 personas, entre profesionales y voluntarios, participaron en los trabajos de búsqueda durante las últimas dos semanas. Aunque dos pescadores también desaparecieron en el incidente, no se han reportado familiares de ellos, por lo que la prioridad era encontrar al menor. Manuel Vicente López, abuelo de Nicolás, ofreció una recompensa de 3 millones de pesos a quien encontrara el cuerpo de su nieto.