📸 Imagen cortesía Gobernación de Antioquia
[ENTRE MORRALES Y BLINDADOS: Antioquia Invierte en Seguridad con Mirada Humana]
Este martes 19 de agosto de 2025, en Medellín, un silencioso acto de respaldo a la fuerza pública ponía en escena la entrega de 500 morrales de campaña a soldados de la Séptima División del Ejército Nacional.
La Gobernación de Antioquia, desde la emblemática Cuarta Brigada, simbolizaba así la devoción por quienes velan por la seguridad del territorio. Más que un simple reparto, era un fragmento de una maquinaria mayor: chalecos antibalas, cascos, botas, y apenas semanas atrás, la entrega de 49 vehículos blindados a militares y policías. Todo ello sostenido por una inversión que supera los 45 mil millones de pesos, con una proyección para este 2025 que podría rozar los 75 mil millones. Un torrente económico que brota –y esto es clave– de la Tasa Especial de Seguridad y Convivencia Ciudadana, carga tributaria dirigida a estratos 4, 5, 6 y comercio, símbolo de una sociedad que aporta sin descanso para cuidar lo suyo.
El gobernador Andrés Julián Rendón no esconde en su declaración la aspiración: no es sólo equipar, sino dignificar al soldado, amplificar con recursos la capacidad para enfrentar la compleja maraña de grupos armados y criminalidad que pueblan los rincones antioqueños. En palabras del mayor general Fabio Leonardo Caro, esos morrales y accesorios no son meros objetos, sino “compañeros imprescindibles” en la diaria lucha por la seguridad.
Cabe recordar que esta tasa, nacida de una ordenanza respaldada por la Asamblea Departamental, sintetiza una convicción política y social: la seguridad pública no es solo un deber estatal, sino una corresponsabilidad colectiva que se traduce en contribuciones, en recursos tangibles, en inversiones palpables.
Sin embargo, tras la entrega y cifras, se abre una pregunta que atraviesa toda esta iniciativa: ¿podrán estos recursos –y esa misma confianza depositada en la fuerza pública– transformar eficazmente la seguridad en un territorio marcado por viejas heridas? Mientras tanto, el murmullo de la ciudad y el paso firme de los soldados avanzan, con morrales al hombro y la mirada fija en un futuro menos incierto.