Foto: Kansas City Police Department
El pasado miércoles se desató un tiroteo en Kansas City, en medio de la celebración del título del Super Bowl obtenido por el equipo de la ciudad, los Kansas City Chiefs. En el suceso, más de 20 personas resultaron heridas, mientras que una persona perdió la vida a pesar de los esfuerzos por reanimarla.
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La Policía de Kansas City aseguró haber capturado a dos personas que serían las responsables de este ataque armado. Se trata de dos jóvenes, y aunque el hecho sigue en materia de investigación, ya se sabe que el tiroteo no se debió a un tema racial ni de odio, sino por una riña personal entre ambas personas.
Stacey Graves, jefa de Policía de Kansas City, afirmó haber logrado la captura de los dos jóvenes que hirieron a personas inocentes, indicando que las investigaciones continúan. Sin embargo, aseguró que no cederá hasta que “todos los que hayan participado en estos crímenes sean detenidos para que puedan ser castigados con todo el peso de la ley”.
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De acuerdo con el Departamento de Policía de la ciudad, “no había ningún vínculo con el terrorismo o el extremismo violento” y se trataría de “una disputa entre varias personas que terminó en tiroteos”. Esta “pelea” dejó a 23 personas heridas y causó la muerte de Elizabeth López-Galván, una mujer de 43 años de ascendencia mexicana. Lamentablemente, la mitad de los heridos resultaron siendo menores de edad, entre los 8 y los 16 años.
De acuerdo con la base de datos activista ‘The Gun Violence Archive’, en lo que va del año se han presentado más de 50 tiroteos en Estados Unidos, que ya han dejado más de 2.000 víctimas fatales. Se estima que más de 400 menores de edad serían víctimas de estos eventos, tanto heridos como asesinados, siendo la causa principal de muerte de niños en el país, por encima del cáncer.
