Cortesía: Cordon Press
Las aguas del Sena en París, que se habían preparado para ser el escenario de varias competiciones olímpicas, han sido objeto de preocupación en las últimas semanas, a pesar de que el icónico río francés iba a albergar eventos claves como la maratón de natación y el triatlón, la calidad del agua se convirtió en un tema central de debate. Las pruebas iniciales revelaron niveles inadecuados de contaminación, lo que llevó a la cancelación de entrenamientos y al aplazamiento de algunas pruebas para garantizar la seguridad de los atletas.
Finalmente, las pruebas individuales de triatlón, tanto femeninas como masculinas, se llevaron a cabo con algunos días de retraso, concluyendo con el relevo mixto, sin embargo, no todos los equipos lograron competir sin contratiempos. La triatleta belga Claire Michel fue hospitalizada tras presentar síntomas severos de una infección bacteriana, que se ha identificado como E.coli. Esta situación obligó al equipo belga a retirarse de la competición, y el Comité Olímpico e Interfederal belga tomó la decisión tras consultar con los deportistas y evaluar las condiciones sanitarias.
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El episodio ha generado un llamado urgente para revisar y mejorar las condiciones de los lugares de competición acuática en los próximos eventos, mientras tanto, la organización de los Juegos Olímpicos de París 2024 enfrenta un desafío importante para garantizar que todos los eventos se lleven a cabo en condiciones seguras para los atletas, reforzando la importancia de mantener estándares rigurosos de calidad del agua en futuros eventos internacionales.
