En la final de la Supercopa de Arabia Saudí, el equipo Al-Hilal ganó 4-1 contra Al-Ittihad. Abderrazak Hamdallah, jugador del Al-Ittihad, marcó el único gol para su equipo y aunque su contribución no fue suficiente para ganar, la derrota fue inevitable.
Después del partido, Hamdallah tuvo un enfrentamiento con un aficionado quien lo insultó desde la grada, el delantero molesto, le arrojó su botella de agua y el hincha decidió responder sacando un látigo, agrediendo así al jugador, por tal razón, los miembros del equipo y el personal del estadio tuvieron que intervenir para detener la pelea.
Finalmente, los guardias de seguridad del estadio Mohammed Bin Zayed en Abu Dabi, donde se jugó el partido, lograron que el aficionado abandonara la tribuna para propiciar seguridad.
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