El 12 de septiembre de 2012, en medio de la suave neblina y el verde de las montañas, María desapareció de su hogar en el territorio indígena Awá, ubicado en el piedemonte costero nariñense. A pesar de ser una niña alegre que cursaba noveno grado de bachillerato y que celebró su cumpleaños número 15 junto al mar, no regresó a casa ese día. María, junto con dos primos, salió a recolectar guabas, un fruto de la región húmeda tropical, y no volvió.
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Preocupados, sus familiares iniciaron la búsqueda y obtuvieron información de que María y sus primos fueron vistos con hombres armados en un camino rural de su comunidad. La madre de María, angustiada, se dirigió al lugar y confirmó que los jóvenes fueron reclutados por el grupo armado.
A finales de 2022, la familia se acercó a la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) para continuar la búsqueda de María. La UBPD lideró la recolección y análisis de información, descubriendo que tres meses después de la desaparición, las Fuerzas Militares realizaron un operativo donde María pudo haber fallecido. Colaborando con excombatientes y la Corporación Reencuentros, se determinó que los cuerpos de las personas fallecidas fueron llevados al Instituto Nacional de Medicina Legal e inhumados en el cementerio municipal de Tumaco como no identificados.
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Con el apoyo de la familia, la UBPD identificó el lugar exacto donde podría estar el cuerpo de María. Se supo que la Fiscalía 227 del Grupo Interno de Trabajo de Búsqueda, Identificación y Entrega de Personas Desaparecidas (GRUBE) había intervenido el cementerio de Tumaco y recuperado un cuerpo que podría ser el de María. La UBPD trabajó junto a la Fiscalía para impulsar la identificación y realizar la entrega digna a la familia.
En un esfuerzo conjunto se logró la entrega digna del cuerpo de María a su familia en su territorio. La Organización Indígena Camawari y otras entidades colaboraron en este proceso, que culminó con un emotivo ritual de acuerdo con las costumbres de la comunidad. El cuerpo de María fue entregado y sembrado en un acto que proporcionó alivio a los familiares y honró a la Madre Tierra. La entrega digna busca descanso para María y contribuye a sanar el territorio marcado por la violencia.