«`htmlVALLE DEL CAUCA EN JAQUE: UNA JORNADA DE TERROR SACUDE EL SUROCCIDENTE COLOMBIANO
Martes 10 de junio de 2025. Desde la madrugada, el Valle del Cauca despertó con la sombra del caos y la violencia. Explosiones, atentados y disparos marcaron una ola de ataques simultáneos que hicieron temblar municipios como Palmira, Jamundí, Buenaventura y la misma Cali.
En total, fueron 24 los ataques registrados en ese día, de los cuales 13 se concentraron en esta región. Las acciones terroristas incluyeron detonaciones de carros bomba, motocicletas explosivas y lanzamientos de artefactos contra puestos policiales, peajes y zonas urbanas, con un brutal saldo provisional que contabiliza al menos ocho muertos y más de 62 heridos. La Fundación Valle del Lili, epicentro de la atención médica en Cali, enfrentó una saturación del 300% en urgencias y confirmó el deceso de una mujer de 32 años mientras recibía atención.
El trasfondo de la violencia parece responder a un intento deliberado de desestabilizar el Valle del Cauca, un territorio clave en el suroccidente colombiano. La gobernadora Dilian Francisca Toro convocó a un consejo extraordinario de seguridad y pidió la presencia inmediata del presidente Gustavo Petro en Cali para articular una respuesta conjunta ante esta crisis inédita. «Los dueños del caos y del terror pretenden desangrar nuestra región. No lo permitiremos», declaró con firmeza la mandataria.
Por su parte, la Policía Nacional confirmó que estos atentados fueron coordinados y ejecutados con una violencia inédita, dirigidos no solo contra la fuerza pública sino también contra la población civil, generando un estado de conmoción e incertidumbre. Hasta el momento, las autoridades investigan los autores materiales e ideológicos, mientras refuerzan los operativos en la zona para evitar más hechos violentos.
Este episodio pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en regiones estratégicas del país y expone la urgente necesidad de un diálogo profundo y acciones contundentes que permitan desarticular las redes del terror. ¿Podrá la institucionalidad recuperar la paz en un Valle que, una vez más, se encuentra al borde del abismo?
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