📸 Cortesía: Canva
«`html¿OPTIMISMO EN TIEMPOS DE CAOS?
En un mundo sacudido por conflictos, crisis climáticas y una sobrecarga constante de malas noticias, el desafío parece ser no sucumbir ante la desesperanza. Este 25 de junio de 2025, en Colombia, expertos en salud mental y comunicadores lanzan un llamado urgente: cultivar una mirada positiva no es un acto de ingenuidad, sino una estrategia vital para la resiliencia colectiva e individual.
En el corazón de Medellín, durante el encuentro Colombia 2025: Un país al borde de una nueva oportunidad, la psicóloga Lina María Garrido expuso con claridad que ver lo bueno no significa negar la realidad adversa, sino aprender a encontrar en el día a día rastros de solidaridad, avances científicos e iniciativas comunitarias que brotan en medio de la incertidumbre. “El verdadero optimismo —dijo— consiste en reconocer el dolor y la dificultad, pero también en elegir no rendirse y creer en las posibilidades de cambio”. Para Garrido, la esperanza no es un acto ilusorio sino un pilar fundamental para preservar la salud mental frente a la sobreinformación negativa.
¿Cómo practicar este equilibrio? Según diversos psicólogos y comunicadores, dosificar el consumo de noticias para evitar la saturación, buscar medios que narren historias de humanidad y fortaleza, y poner atención al entorno cercano son claves imprescindibles. Además, la gratitud diaria por lo sencillo —la salud, el afecto, la comunidad— emerge como un bálsamo para el ánimo erosionado por la crisis permanente.
Este enfoque no es sólo teoría. En municipios como Antioquia, se multiplican las iniciativas solidarias que construyen comunidad; en Armenia, mujeres emprendedoras se empoderan a través de la tecnología, mostrando que incluso en escenarios adversos, las semillas de cambio pueden germinar con fuerza. Estas experiencias locales ilustran cómo una mirada positiva puede ser un motor para transformar realidades complejas.
Este despertar, sin embargo, plantea una pregunta incómoda: ¿será suficiente la esperanza para enfrentar las crisis globales que parecen no ceder? Mientras tanto, la ciudadanía confronta una paradoja infinita —aspira a la justicia y el cambio, pero debe navegar entre el ruido ensordecedor de un mundo que no deja de tambalear.
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