📸 Cortesía: Presidencia / D.R.A.
¿RENACE TELECOM PARA RECUPERAR LA FIBRA DE COLOMBIA?
En un giro inesperado y cargado de simbolismo, este miércoles 25 de junio de 2025 en Bogotá, el presidente Gustavo Petro propuso la recuperación de una vieja protagonista: la histórica empresa estatal Telecom, liquidada en 2003. La intención es clara y ambiciosa: devolver al Estado el control sobre la red nacional de fibra óptica y fortalecer la conectividad entre Colombia, San Andrés, y los grandes centros globales como Europa, Norteamérica y Asia.
La propuesta, anunciada en el marco de la sanción de la reforma laboral, representa una transformación radical en el sector telecomunicaciones que hoy está dominado por actores privados. El presidente insistió en que es el momento de que una entidad pública administre esta infraestructura estratégica tecnológica esencial para el país y su soberanía.
En concreto, Petro planteó convertir a Internexa, actualmente filial del grupo multilatino ISA —parte del Grupo Ecopetrol—, en la nueva Telecom. Los recursos para esta recuperación provendrían de la venta del cerca del 33 por ciento de participación accionaria estatal en Telefónica (Movistar), acciones que actualmente no otorgan al Estado poder decisorio real. Como lo afirmó con determinación el mandatario: “Tenemos una decisión que tomar: vendemos esas acciones y fortalecemos Internexa, y a Internexa la convertimos en Telecom”.
El presidente destacó la trascendencia estratégica de esta iniciativa, haciendo hincapié en la necesidad de garantizar la soberanía tecnológica, la cual se ve amenazada por la dependencia de empresas privadas para asegurar la conectividad en todo el territorio nacional. Petro no ocultó que esta propuesta generará oposición: “Aparecerán los enemigos de la idea, porque también quieren que Telecom se acabe de la memoria. Pero yo quiero revivirla para que maneje la fibra óptica de toda Colombia, y la conexión por fibra con San Andrés, Europa, Norteamérica, el este asiático y China”.
Este planteamiento surge en un momento marcado por la decisión de la multinacional Telefónica de vender su control en Colombia Telecomunicaciones S.A. (Movistar), un giro que abre espacio para una reconfiguración del manejo de la infraestructura crítica de telecomunicaciones en el país. La ciudadanía y los analistas aguardan atentos para saber si esta apuesta estatal logrará enfrentar los desafíos de un sector vital para el desarrollo y la soberanía nacional.
La incógnita persiste: ¿podrá el Estado colombiano recomponer y actualizar una vez más su instrumento tecnológico para conectar el país con el mundo y proteger su independencia digital?
