📸 Cortesía: MinJusticia
¿DUDA PRESIDENCIAL O CRISIS INSTITUCIONAL?
Este miércoles 11 de junio de 2025, la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes de Colombia tomó una decisión que revivió viejas sombras sobre la Casa de Nariño: abrir una investigación preliminar contra el presidente Gustavo Petro. La raíz de este proceso es una denuncia poco común y delicada, gestada a partir de unas cartas enviadas al mandatario por el excanciller Álvaro Leyva, en las que se alude a un presunto problema de adicción a las drogas que afectaría su ejercicio como jefe de Estado.
El promotor de esta denuncia es el exministro de Justicia Wilson Ruiz, quien agitó el debate público y político al hacerla visible. Aunque Ruiz aclara no tener conocimiento directo de los hechos, considera urgente que se verifiquen las afirmaciones de Leyva, pues, en sus palabras, no se trata de meras sospechas, sino de un asunto de Estado que “podría erosionar la moralidad pública y la idoneidad presidencial”. Como parte de la investigación, la Comisión convocó formalmente a Leyva para que explique el contenido y el trasfondo de las polémicas cartas.
Ruiz, exfuncionario del gobierno de Iván Duque, enfatizó que su denuncia no es producto de una motivación personal ni un juego político: “Celebro con responsabilidad y firmeza que este órgano por fin haya decidido llamar a declarar al excanciller Álvaro Leyva Durán”. Su argumento se sostiene en la premisa de que la dignidad presidencial y la estabilidad institucional no pueden quedar bajo la sombra de incertidumbres ni caprichos. Alerta sobre un posible deterioro en el liderazgo nacional, que la institucionalidad no puede permitir ni silenciar.
El proceso está en su etapa preliminar, una fase esencial que busca establecer si existen méritos suficientes para dar paso a una investigación formal más profunda. La declaración que ofrezca Leyva se perfila como uno de los elementos clave para avanzar o no en este complejo expediente, que combina elementos legales, políticos y humanos.
¿Es esta una alerta legítima sobre la salud y el desempeño del presidente? ¿O un episodio más en la arena de disputas y tensiones que marcan la política colombiana? La incertidumbre persiste mientras el país observa un escenario donde converge la ética pública con las dinámicas del poder. ¿Podrá la verdad abrir luz en medio de este inquietante vacío institucional?