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¿Protección o amenaza? La doble cara de un policía en jaque
En la madrugada del 8 de noviembre de 2023, en la capital colombiana, un patrullero de la Policía Metropolitana de Bogotá cruzaba la delgada línea entre el deber y el abuso. Brayan Enrique Guzmán Gaitán, entonces integrante del Grupo de Operaciones Especiales, fue acusado de violencia intrafamiliar y de proferir amenazas contra su expareja y la hija menor de esta. Este lunes 23 de septiembre de 2025, la Procuraduría General de la Nación impuso una sanción ejemplar: suspensión e inhabilidad por 18 años para ejercer cargos públicos.
La investigación, encabezada por la Delegada Distrital de Juzgamiento en Bogotá, se sustentó en pruebas contundentes: documentos, imágenes y videos aportados por la víctima revelaron un patrón sistemático de maltrato. No solo golpes, sino también agresiones psicológicas y amenazas de muerte que extendieron su sombra ominosa hasta el entorno familiar. Guzmán actuó con dolo, es decir, con plena conciencia y voluntad de causar daño, según estableció el fallo.
Este caso no es solo una historia de violencia doméstica; es un escándalo que golpea la confianza en una institución llamada a proteger la vida y la integridad ciudadana. La Procuraduría subrayó la gravedad de estos actos, recordando que ningún uniformado está por encima de la ley ni que el horario de servicio limite la responsabilidad sobre su conducta. Más aún, implica una doble traición cuando las víctimas son menores de edad, un sector especialmente vulnerable.
El castigo impuesto a Guzmán no solo lo aparta de la función pública por casi dos décadas. En un país donde la seguridad es un bien escaso, este fallo envía un mensaje claro: la ley no será letra muerta cuando de proteger derechos humanos se trate. Sin embargo, ¿bastará este precedente para reconstruir la confianza erosionada? ¿Podrá la Policía Nacional limpiar la mancha que un solo miembro ha dejado en su uniforme?
Mientras tanto, la pregunta persiste: ¿qué sistemas existen para prevenir que quienes empuñan autoridad se conviertan en verdugos? El tiempo y las reformas deberán responder. Pero el dolor permanece. Como la memoria de quienes aguardaban protección y encontraron amenaza.