📸 Imagen cortesía Armada Colombiana
**“¿Velocidad contra el oleaje del delito?”**
Un pulso entre el mar y el narcotráfico tuvo lugar el lunes 6 de octubre en el Caribe colombiano. Al noroeste de Santa Marta, en el departamento del Magdalena, la Armada de Colombia logró detener el rumbo de una motonave que navegaba a toda velocidad cargada con más de una tonelada de marihuana.
La historia empezó cuando un Patrullero Marítimo avistó una embarcación tipo “Go Fast” cuya velocidad y maniobras levantaron sospechas. Desde la Estación de Guardacostas de Santa Marta, una Unidad de Reacción Rápida desencadenó una persecución febril que culminó en la interceptación exitosa del barco. El operativo sacó a la luz 63 sacos con 2.397 paquetes rectangulares, identificados luego por la Policía Nacional como marihuana, con un peso total de 1.400 kilogramos.
Tres extranjeros tripulaban aquella nave: dos costarricenses y un nicaragüense. El valor estimado en el mercado criminal supera los 8,4 millones de dólares, equivalentes a unas 230.000 dosis listas para su distribución. Tras la incautación, los detenidos, la embarcación y el cargamento fueron llevados a puerto seguro y puestos bajo custodia judicial.
Esta captura representa un golpe directo a las redes que surcan el Caribe con drogas destinadas a Centroamérica. La Armada dejó claro que la vigilancia y la batalla contra el tráfico ilícito persistirán sin pausa en estas aguas, donde las olas no solo esconden secretos marítimos, sino también la amenaza del delito organizado.
El Capitán de Corbeta Jorge Carvajal Cabeza, comandante de la Estación de Guardacostas de Santa Marta, afirmó que cada operación como esta es una luz en la oscuridad que busca erosionar el poder de los narcotraficantes. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿serán suficientes estas acciones para detener el flujo constante de muerte y ganancias que atraviesan el mar? El Caribe colombiano sigue siendo escenario de ese duelo silencioso entre la ley y la clandestinidad.
