Conflicto de intereses de María del Mar Pizarro.

📸 Imagen cortesía: Imagen de referencia. Tomada de la cuenta de X de María del Mar Pizarro, representante a la Cámara
¿Negocios en la sombra?

Una conexión inesperada

Bogotá, 24 de abril de 2024. La representante a la Cámara por Bogotá, María del Mar Pizarro, del Pacto Histórico, ha desatado una controversia que va más allá de la política al revelar ser accionista única del bar Before Club. Esta información, actualizada oficialmente ante la Secretaría General de la Cámara, coincide con un episodio trágico: el asesinato del joven estudiante de la Universidad de los Andes, Jaime Esteban Moreno, quien estuvo en el establecimiento poco antes de la fatal agresión ocurrida en la madrugada del 31 de octubre de 2025 en el sector de Barrios Unidos.

La declaración oficial de Pizarro, que detalla su posesión del 100 % en la sociedad Before Club S.A.S., busca cumplir con la Ley 2003 de 2019, que reforma la Ley 5 de 1992 en aspectos de transparencia legislativa. En ella, la congresista afirma que ni ella ni sus familiares directos han celebrado contratos con entidades públicas desde el primero de junio de 2023. Sin embargo, el vínculo entre la política y el local nocturno ha puesto sobre la mesa preguntas incómodas sobre la supervisión y el manejo del negocio, especialmente ante el contexto de violencia ligado a la tragedia.

El impacto público y político no tardó en surgir. Cambio Radical, desde su bancada, exigió respuestas claras sobre el manejo del Before Club, poniendo el foco en la seguridad durante la noche del asesinato, el control del ruido, el aforo y las denuncias que circulan sobre episodios violentos dentro y fuera del establecimiento. Citan además la importancia del cumplimiento del Decreto 293 de 2025, que regula justamente estas circunstancias. La discusión ha abierto un debate más amplio sobre cómo y hasta qué punto figuras políticas mantienen intereses en espacios donde la violencia puede detonarse con consecuencias irreparables.

Más allá de las cifras y normativas, lo que subyace es un vacío inquietante: ¿qué responsabilidades políticas y éticas emergen cuando los dueños de ciertos espacios son también quienes detentan poder público? Mientras la investigación sigue abierta y la exigencia de esclarecimiento crece, la sombra del Before Club se extiende, dejando en la comunidad un sentimiento de desconfianza y preguntas sin respuestas definitivas.

¿Hasta dónde llega la frontera entre lo privado y lo público cuando la tragedia irrumpe en medio de negocios bajo la lupa social? Aún es temprano para saberlo, pero la inquietud crece con cada paso que se dilata en la justicia. Por ahora, permanece el eco de una noche que debería haberse detenido antes, y las voces que reclaman un cambio profundo en los vínculos de poder.

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📸 Imagen cortesía El Espectador¿Memoria enmudecida? La noche del 13