¿Nueva oportunidad o repetición? Gobierno Petro presenta Consulta Popular 2.0
Un camino de preguntas para un futuro incierto.
Este lunes 19 de mayo de 2025, en Bogotá, el Gobierno del presidente Gustavo Petro radicó ante el Senado de la República una segunda versión de su ambiciosa Consulta Popular. El propósito: someter a la voluntad popular reformas profundas en los ámbitos laboral y de salud, a través de un paquete con 16 preguntas claves diseñadas para rediseñar el sistema social del país.
La presentación contó con la presencia de los ministros claves involucrados en el proceso: Armando Benedetti (Interior), Antonio Sanguino (Trabajo) y Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud), encargados de defender y explicar el alcance de estas propuestas.
Este nuevo esfuerzo responde a un trasfondo político marcado por la controversia que vivió la primera versión de la consulta, que fue hundida por el Congreso el pasado 14 de mayo. En aquel episodio, el Gobierno denunció al secretario General del Senado, Diego González, de actuar como “cómplice de un presunto fraude”, un reclamo que evidenció la tensión institucional en torno a esta iniciativa. Ahora, con una estrategia ajustada, este relanzamiento se produce justo cuando se desarrolla en la Comisión Cuarta del Senado la primera audiencia pública sobre la reforma laboral, cuyo debate está en su tercera instancia, lo que muestra la aguda sincronía política de esta jugada.

El paquete de preguntas, más extenso que el primero, incorpora tres cuestiones adicionales y amplía su contenido original de 12 a 16 interrogantes, entre las cuales destacan: la desaparición del papel financiero de las EPS para convertirlas en simples gestoras; la compra estatal directa de medicamentos para asegurar su entrega oportuna; la creación de un régimen laboral especial para el sector salud y la apuesta por un modelo preventivo de atención primaria. Cada una de estas propuestas apunta a transformar no solo estructuras jurídicas, sino el tejido social que sostiene el acceso a derechos fundamentales.
En palabras de los ministros, esta consulta responde “al clamor de la mayoría de los colombianos”, que demanda un sistema más justo y eficiente. Sin embargo, la incógnita permanece sobre si este nuevo intento logrará vencer las resistencias políticas y estructurales que le han cerrado el paso hasta ahora.
Mientras tanto, la ciudadanía espera una definición clara que no solo evite más intermitencias en la reforma, sino que brinde respuestas efectivas a las problemáticas de fondo. ¿Servirá esta “Consulta Popular 2.0” como un vehículo real de cambio o quedará otra vez atrapada en las disputas internas del poder? El tiempo y las urnas lo decidirán.