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### ¿Adiós a la entrada sin huellas? Europa endurece el control a viajeros colombianos
**Un clic, una huella, una mirada.** Desde el 12 de octubre de 2025, los colombianos que intenten cruzar hacia Europa ya no lo harán con solo pasar su pasaporte: entran en vigor nuevas exigencias biométricas que revolucionan el tránsito por las fronteras del viejo continente.
Este cambio no es un simple trámite; es la antesala de un control más riguroso y tecnológico. A partir de esta fecha, los viajeros nacionales —incluso quienes antes no requerían visado— deberán someterse al registro de datos biométricos en los puntos fronterizos de 29 países miembros de la Unión Europea, desde aeropuertos hasta puertos y pasos terrestres. Alemania, España, Francia o Italia, entre otros, integran esta lista, mientras que Irlanda y Chipre permanecerán al margen, continuando con los tradicionales sellos manuales en los pasaportes.
El Sistema de Entradas y Salidas (SES), como se denomina esta plataforma, ha aterrizado primero de forma gradual, para ser obligatorio —sin posibilidad de excepción— el 10 de abril de 2026. No se trata de inscripciones previas ni permisos especiales: el registro se hará “en vivo”, en el momento del cruce, donde se tomarán las huellas dactilares, una fotografía facial y datos básicos. Esta información no solo permite verificar identidades, sino que crea un expediente personal electrónico, con el objetivo de controlar la duración real de la estadía, respetando el límite de 90 días dentro de un periodo de 180 días.
La justificación oficial es clara: Europa busca reforzar la seguridad fronteriza y agilizar el flujo de personas, enfrentando desafíos como estancias irregulares o itinerarios fraudulentos. Sin embargo, este enfoque abre también interrogantes sobre la privacidad, la vigilancia estatal y las dificultades para los viajeros en un continente que, paradójicamente, se define como abierto y libre.
Este cambio marca un antes y un después para miles de colombianos que hasta ahora consideraban Europa una frontera relativamente sencilla de cruzar. Será ahora una entrada con huellas, mirada digitalizada y control electrónico permanente. La pregunta que queda flotando es si este nuevo orden tecnológico logrará su objetivo sin erosionar la confianza y la libertad que tanto desean quienes llegan desde tan lejos.