Foto: ESTEBAN BIBA – EFE
La imposición de cenizas marcada por frases como “recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”, resurge cada año como un recordatorio de la fugacidad de la vida terrenal y la búsqueda de la trascendencia espiritual.
Originada en la época de los primeros cristianos, la imposición de cenizas se ha convertido en un símbolo universal de humildad y reflexión ante la mortalidad. La obtención de las cenizas a partir de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior subraya la transformación de lo efímero en eterno, destacando la importancia de cultivar el bien en el alma, un tesoro que perdura más allá de lo material.
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Esta antigua práctica remontada a rituales judíos y a la penitencia cristiana, encuentra sus raíces en el deseo de conversión y renovación espiritual.
¿Y usted por qué más se pone la ceniza?




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