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¿Un gigante en Belén? Así Medellín piensa el deporte hacia el cielo
Apenas septiembre susurraba sus últimos días en 2025 cuando la Alcaldía de Medellín abrió las puertas a un proyecto que promete cambiar la forma en que sus ciudadanos se acercan al deporte. En el barrio Belén Los Alpes, surgirá el primer complejo deportivo vertical de la ciudad, con una inversión que supera los 34 mil millones de pesos. Un edificio de cuatro o cinco pisos que no solo habla de concreto y estructuras, sino de una ambición urbana: optimizar el espacio y acercar el deporte, la recreación y la cultura a quienes habitan esas calles.
Desde la plataforma pública Secop II y el portal de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), abrió la licitación para elegir al equipo que diseñará y levantará esta torre multifacética. El plazo para ejecutar esta obra será de 14 meses, tras la firma del acta de inicio, con la proyección de adjudicar en noviembre luego de recibir propuestas hasta la primera semana de octubre. Un llamado abierto a empresas nacionales e internacionales, en un gesto transparente que responde a la eficiencia y la participación ciudadana.
Este complejo es más que un edificio; es la punta de lanza de seis infraestructuras estratégicas previstas en el Plan de Desarrollo 2024-2027. Pensadas como “edificios recreativos”, cada una integrará canchas, gimnasios, salones deportivos, espacios culturales y zonas de bienestar, un intento por democratizar el acceso al deporte y fomentar hábitos saludables en Medellín. El Instituto de Deportes y Recreación de Medellín (INDER) y la EDU llevan la batuta en el diseño, gestión y construcción, sembrando un futuro donde el deporte no tenga muros de exclusión.
Pero, ¿qué significa en concreto este cambio? En un Medellín que crece verticalmente, la propuesta desafía la lógica tradicional de espacios deportivos al plantar en altura lo que solía extenderse en terrenos planos. Un acto de imaginación urbana que busca reconciliar la necesidad de infraestructura con la realidad del espacio. La ciudad se prepara, entonces, para un verano donde la altura no solo se mida en metros, sino en oportunidades para vivir el deporte, la cultura y el bienestar al alcance de la mano.
¿Será este complejo el primero de muchos pasos que transformarían radicalmente el modo en que Medellín se mueve y se reúne? La administración pública, consciente de que la ciudad necesita más que cemento, apuesta por un modelo donde la llamada construcción vertical sea también verticalidad en inclusión y acceso social. Y mientras el proyecto avanza, la ciudad observa, espera y, sobre todo, sueña con un deporte que crece hacia el cielo.